Lo amoral, inmoral y la desmoralización en el hombre, más que ser
una mera antítesis conceptual de lo considerado como propiamente
“moral”, se convierte en un abandono de la posibilidad de llegar a ser
cada vez más humano, es decir, más justo, honesto, libre, racional, y
todo aquello que, de acuerdo con la moral como contenido, constituye
lo estrictamente humano.ç
De acuerdo con esto último, para Ortega y Gasset un hombre desmoralizado
dejaría de comportarse totalmente como hombre. El mismo
ha podido ver que la vida humana antes de ser honesta o inhonesta, es moral. El hombre por
naturaleza es un ser constitutiva-
mente moral. En
la construcción moral le
va su ser.
Para Ortega, está alta
de moral una persona o
una sociedad cuando está
en su “quicio”, esto es,
cuando le sobran fuerzas
para enfrentar la vida por
más amenazante que ésta
sea; en este sentido se dice
que está desmoralizado
aquél que ha perdido como un ser verdaderamente
humano.
En la actualidad, la ética y la moral debieran ser artículos de primera
necesidad, precisamente porque nuestra sociedad local, con todos sus
avances, está profundamente desmoralizada. Hoy en día no sabemos qué
hacer ante el alarmante número de asesinatos que se cometen a plena luz
del día, la infiltración del narcotráfico en la política y en los organismos
gubernamentales encargados de impartir la justicia y perseguir los delitos,
los espectáculos circenses que se tejen a menudo en el Congreso de la
Unión, la predominancia de una política y prácticas educativas cada vez
más mediatizadas por la lógica del mercado, entre otras problemáticas
sociales que nos desbordan.
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